Los amuletos son objetos que, además de proveernos de suerte y protegernos del infortunio y del mal de ojo, pueden y deben potenciar nuestras debilidades y desarrollar, también, aquellos aspectos en los que fallamos.
De esta manera, cada signo marca con unos determinados rasgos a las personas. Gran parte de nuestras cualidades y nuestras debilidades, como personas y como seres espirituales vienen marcados por la posición de los astros durante nuestro nacimiento y, evidentemente, por nuestra casa astral, por ello cada amuleto estará enfocado hacia la naturaleza de nuestro signo.
En esencia, hablar de amuletos es hablar de “elementos favorables”. Dichos elementos favorables pueden ser de tres naturalezas distintas, según dicta el conocimiento astral y los antiguos textos.
Los tres elementos esenciales que favorecen la progresión del ser y el desarrollo de distintas actitudes son los metales, las piedras o los minerales y los elementos naturales o vegetales.
En el caso de Acuario, podemos citar los siguientes elementos favorables:
- Piedras: en el caso de los Acuario podemos citar elementos como el jaspe, la turquesa, la amatista violeta o, en otro rango de elementos, el propio granito y la amalgama de elementos que éste concentra. Estos elementos vienen a potenciar la energía vital y espiritual de los Acuario, favoreciendo su auto-confianza y conteniendo aspectos más o menos nocivos como los celos, posibles ataques de ira o la confianza plena con personas de su entorno.
- En el caso de los metales, podemos citar el aluminio, el hierro y la plata. Estos metales pueden actuar como catalizadores de distintos tipos de energía exterior y como protección y desarrollo de instintos y actitudes propias tales como el egoísmo, el hedonismo o la obstinación.
- En lo concerniente a los vegetales, se tiende a recomendar plantas, sobre todo olorosas ya que éstas tienen un poder relajante que puede convertir el hogar de la persona Acuario en un auténtico remanso de paz, amor y espiritualidad. Citaremos plantas como la hierbabuena, el sándalo o la menta. También es posible elaborar un amuleto, muy efectivo con madera de enebro.
En lo concerniente a la elaboración de nuestro amuleto, como siempre recomendamos encarecidamente la elaboración de éste con nuestras propias manos. Adquirir un amuleto ya elaborado, equivale a comprar un objeto inservible y poco práctico.
Es esencial la manipulación. El resultado puede ser un colgante, una pulsera, unos pendientes, un anillo o incluso verter varios de los objetos anteriormente citados en una bolsita de color blanco que siempre debemos llevar con nosotros, aun cuando dormimos.
Por otra parte, se suele recomendar, una vez realizado y elaborado nuestro amuleto, dejarlo durante una noche en agua bajo la luz de la luna llena. Es esto una ceremonia de purificación del objeto que nos va a proteger y a brindar una mayor energía y, por otro lado, la luna es un astro que puede aumentar en gran medida el poder de nuestro nuevo amuleto elaborado con materiales favorables.
Por otra parte es posible y hasta recomendable mezclar, fundir o unir varios de estos elementos anteriormente citados, aumentaremos así el poder de nuestro nuevo amuleto.
En este caso, el tamaño del objeto tampoco es determinante. El poder de absorción energética de minerales y metales no dependerá tanto de sus dimensiones como de su naturaleza y su trascendencia kármica.